El proyecto ochoalcubo, liderado por el emprendedor y apasionado por la arquitectura, Eduardo Godoy, ha comenzado una nueva fase de las 8 etapas que involucran a 8 arquitectos diferentes. La primera etapa de este verdadero laboratorio de arquitectura tiene lugar en Marbella y se compone de obras de Christian de Groote, Mathias Klotz, Cristián Valdés, José Cruz, Teodoro Fernández, Cecilia Puga, Smiljan Radic y Sebastián Irarrázaval. Toyo Ito fue la primera figura internacional en ingresar a este proyecto con la construcción de la Casa White O en el 2009 dando inicio a la segunda etapa.
A raíz del terremoto del 2010 que afectó a nuestro país, y los movimientos telúricos que impactaron posteriormente Japón en el 2011, se detuvo la etapa 2 del proyecto en Marbella y se cambió por 2 nuevas etapas (etapas 3 y 4), para que se convirtiera en un puente de conexión entre ambas culturas y su arquitectura, sumando así 8 arquitectos japoneses y 8 arquitectos chilenos todos de renombre internacional quienes intervendrían la costa de ochoquebradas, un lugar ubicado cerca de Los Vilos, en la región chilena de Coquimbo.
Esta vez, la nómina la componen los japoneses Akihisa Hirata, Atelier Bow-Wow, Junya Ishigami, Kazuyo Sejima, Kengo Kuma, Onishi + Hyakuda, Ryue Nishizawa y Sou Fujimoto, y los chilenos Guillermo Acuña, Alejandro Aravena, Felipe Assadi, HLPS, Izquierdo & Lehmann, Máx Nuñez, Cristián Undurraga y WMR. Actualmente se encuentran en pleno desarrollo las casas de Alejandro Aravena (Elemental) y de Ryue Nishizawa. Dos nuevos Premios Pritzker para seguir completando esta admirable colección de piezas arquitectónicas dispuestas en la costa chilena.
Decidimos ir a conocer en qué estaba el proceso de la Casa de Nishizawa en ochoquebradas, después de que Eduardo Godoy y la arquitecta Sarah Bosch, nos presentaron fotos de la obra. No pudimos creer la masividad de alzaprimas que sostenían la losa ondulante de hormigón armado propuesta por el japonés y el trabajo de moldajes que daba forma a una serpiente de madera. La belleza artesanal de ese proceso era algo que teníamos que ver con nuestros propios ojos, por lo que semanas después, emprendimos camino hacia Los Vilos para encontrarnos con Eric Meinardus, el arquitecto chileno responsable de hacer realidad los sueños constructivos de Ryue Nishizawa.
Al llegar, pudimos recorrer antes la obra de ELEMENTAL cuya construcción, a punto de concluir, también está a cargo de Meinardus. Los tres bloques monolíticos, parecen haber estado siempre allí. Como vestigios rocosos que han emergido tras el paso de las olas. El terreno en el cuál se está emplazando esta nueva serie de obras es de altísimo valor natural, por lo que cada intervención ha sido meticulosamente estudiada de acuerdo a su entorno.
Al aproximarnos a la obra de Nishizawa se percibe un mayor movimiento de trabajadores. La obra es un verdadero desafío estructural y los trabajadores se enfrentarán, al día siguiente de nuestra visita, a un momento hito en su desarrollo: el hormigonado de una losa ondulante de 30 cms. de espesor y 50 metros de longitud, que se amarra al terreno únicamente en 3 puntos clave.
Como en el Museo de Arte de Teshima, Nishizawa busca nuevamente la armonía con el paisaje en el que opera a través del uso de curvas y formas libres. Las formas ondulantes esta vez se dirigen hacia el mar, marcando un eje bajo el cual descansa una planta libre rectangular, alargada y estrecha, levemente curvada en sus extremos longitudinales. Esta espacialidad interior delimitada apenas por la cáscara de hormigón que la cubre, se encuentra hoy invadida por una grilla de alzaprimas dispuestas a 40 y 60 cms. unas de otras. Esta masa virtual que nos presenta lo que podría ser el negativo de una escultura, cumple con el trabajo de sostener los moldajes y el denso tejido de enfierraduras, que constituirán los bordes y el alma de la losa de concreto.
Meinardus nos explica cómo su rol ha estado enfocado, en gran parte, a traducir los modelos en 3 dimensiones que les envían desde la oficina en Japón, a la realidad constructiva chilena. El eje central que atraviesa la casa de oriente a poniente sirve de referencia para levantar los cortes que indican la ubicación y altura de cada una de las alza primas. A través de un sistema de coordenadas, que se traduce en cientos de cortes para cada alza prima, se ha logrado conseguir la compleja geometría curva del proyecto. A estos dibujos técnicos se suman los planos para saber de qué manera deben disponerse las tablas para los moldajes del cielo y otras secciones para dar la geometría precisa en cada punto del moldaje de la losa. Hojas y hojas de esquemas, cortes y detalles, se convierten en el rutero constructivo que Meinardus y su equipo están siguiendo cuidadosamente para lograr con éxito la misión a la que han sido convocados.
El primer tercio de la losa que corresponde también a la primera curva del proyecto, ya se encuentra hormigonada y nos presenta una muestra de lo que será el resultado final. Meinardus nos cuenta que no fue posible llenar toda la losa de una vez debido a la longitud del proyecto y la posibilidad de alcance del camión con la bomba telescópica. Por este motivo, la primera parte de la losa en su extremo hacia el mar se debió hormigonar antes de construir la estructura en toda su extensión.
El sistema de alza primas se retirará aproximadamente al mes del hormigonado y se reemplazará por puntales que estarán puestos por 2 meses para seguridad adicional. Luego del desmoldaje, el equipo se enfrentará a un nuevo desafío: hacer las planillas de las ventanas para desarrollar la curvatura de sus perfiles. Al tener la losa muy pocos puntos de apoyo, se ha definido por cálculo una deformación sísmica que obligará a que las ventanas tengan una tolerancia suficiente a la dilatación. Con este objetivo, se utilizará un sistema de acople entre un perfil embutido en la losa y otro que sujeta el vidrio para permitir el movimiento que requiere la dilatación.
Con el objetivo de alcanzar el máximo de transparencia, se optó por usar paños grandes de cristal laminado en lugar de termopanel, para ocupar la menor cantidad de perfiles perimetrales. Los cristales son paños fijos sin división de ventanas, por lo que para la ventilación del recinto se han hecho líneas de división que provocan quiebres en la planta que van en sentido transversal.
Para fin de año, la meta que se ha propuesto Eric Meinardus es tener la casa cerrada y empezar las ultimas terminaciones, como la instalación de muebles. De acuerdo a lo que hemos revisado, este momento de la obra debiese ser uno de los menos complejos, pero no por eso menor cuidado. De hecho, hace un par de meses estuvo nuevamente en Chile uno de los arquitectos de la oficina de Nishizawa para ver los avances de la obra y aprovechar de recopilar información acerca de proveedores. De esta manera, desde Japón, Nishizawa podrá seguir avanzando en la selección de mobiliario y uso de materiales que se ocuparán al interior de su primera casa construida en Sudamérica.
Texto: Pola Mora
Fotografías: Nico Saieh